El dengue es una infección viral transmitida por mosquitos que evoluciona a través de distintas fases clínicas. Para familias, empresas, escuelas y organizaciones de salud, entender estas etapas es clave para reaccionar a tiempo y reducir complicaciones.
Muchas decisiones —como cuándo acudir a urgencias, qué estudios de laboratorio solicitar o cómo organizar campañas de prevención del dengue— dependen de identificar en qué fase se encuentra la persona afectada. Esta guía resume los conceptos esenciales para apoyar la educación de pacientes, colaboradores y comunidades.
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El dengue suele describirse en tres fases clínicas. No todas las personas pasan por ellas de la misma forma, pero este esquema ayuda a organizar la información y reconocer señales de alarma.
Se caracteriza por fiebre alta de aparición súbita, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, cansancio intenso y, en ocasiones, sarpullido leve. Muchas personas consultan por un cuadro gripal fuerte sin saber todavía que se trata de dengue.
En algunos casos, al ir bajando la fiebre aparecen los signos de alarma. Es la fase en la que pueden presentarse fugas de líquido, sangrados y complicaciones conocidas como dengue grave o dengue hemorrágico. Esta etapa requiere vigilancia estrecha y valoración médica inmediata.
Después de la fase crítica, el organismo se estabiliza. El apetito mejora, desaparecen gradualmente los síntomas y el sarpullido puede hacerse más notorio por unos días. Algunas personas reportan cansancio prolongado incluso semanas después.
Este esquema es solo orientativo y no sustituye una valoración médica. Ante sospecha de dengue o dudas sobre la evolución de un cuadro febril, es indispensable acudir con un profesional de la salud.
Hay síntomas y resultados de laboratorio que pueden indicar la transición desde la fase febril hacia una fase crítica. Identificarlos a tiempo permite decidir si se requiere vigilancia hospitalaria.
En la interpretación de biometría hemática y otras pruebas se valoran, entre otros:
Los rangos y decisiones clínicas dependen de la edad, antecedentes y contexto de cada persona. Por ello, no se deben tomar decisiones solo con base en esta información; siempre debe existir supervisión médica.
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Durante las distintas fases del dengue pueden solicitarse diferentes estudios de laboratorio. El objetivo es confirmar el diagnóstico, evaluar la gravedad y dar seguimiento a la evolución.
La indicación de cada estudio, así como la interpretación de los resultados, corresponde al personal de salud. Esta sección es únicamente informativa y no reemplaza una consulta médica ni de laboratorio.
Comprender las fases del dengue es solo una parte de la estrategia. La otra es reducir el contacto con el mosquito que transmite la enfermedad y fortalecer la educación en salud.
Ninguna medida aislada es suficiente; la prevención del dengue combina control del mosquito, protección personal y atención médica oportuna ante cualquier sospecha de la enfermedad.
No necesariamente. El esquema de fase febril, crítica y de recuperación es una forma de organizar la información clínica, pero la intensidad y duración de cada etapa varían entre personas. Algunas nunca desarrollan signos de alarma.
La disminución de plaquetas suele observarse alrededor del momento en que baja la fiebre y se aproxima la fase crítica. Sin embargo, los valores deben interpretarse siempre en conjunto con otros hallazgos clínicos y de laboratorio.
La fase febril suele durar de 2 a 7 días. La fase crítica puede abarcar un periodo corto alrededor de la caída de la fiebre, mientras que la fase de recuperación puede extenderse varios días más. Los tiempos exactos deben valorarse caso por caso.
Los estudios de laboratorio ayudan a complementar la evaluación, pero no reemplazan la exploración física ni la historia clínica. La fase se determina por la combinación de síntomas, evolución del cuadro y resultados de pruebas solicitadas por el personal de salud.
No. Esta guía tiene fines informativos y educativos. Ante fiebre, malestar intenso, piquetes de mosquitos recientes o signos de alarma, es indispensable acudir a un servicio médico autorizado para recibir diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuados.