La zeolita natural es un medio filtrante de alto desempeño para la remoción de turbidez, sólidos suspendidos y color en agua potable y residual, ofreciendo una eficiencia superior a la arena sílica convencional gracias a su estructura microporosa y alta superficie específica.
Al integrar zeolita en tus filtros de lecho profundo o multimedios, consigues agua más clara, menor índice de ensuciamiento (SDI) y una mejor protección de equipos posteriores como filtros cartucho, membranas y sistemas de desinfección.
Con el diseño adecuado, la zeolita permite obtener niveles de turbidez muy bajos, ayudando a cumplir requisitos normativos y de proceso.
La zeolita es un aluminosilicato cristalino con una red tridimensional de poros y cavidades que le confiere una alta superficie específica y una distribución de tamaño de poro ideal para capturar partículas finas y coloides. En filtros de lecho, esto se traduce en:
Adicionalmente, algunas zeolitas aportan capacidad de intercambio iónico, apoyando la remoción de ciertos iones y compuestos asociados a color y turbidez, especialmente cuando se combinan con coagulación y floculación previa.
Esto permite mejorar la confiabilidad del sistema, reducir costos de mantenimiento y extender la vida útil de equipos sensibles.
Incorporar zeolita en tus filtros de clarificación aporta beneficios tangibles a nivel operativo y de cumplimiento, tanto en plantas de agua potable como en sistemas de tratamiento de aguas residuales.
El equipo de ISGO ZEOLITA NATURAL te ayuda a seleccionar tipo de zeolita, granulometría y configuración de filtros para agua potable, agua de proceso e instalaciones municipales o industriales donde la turbidez es un parámetro crítico.
Comparte tus análisis de agua (turbidez, SDI, sólidos suspendidos), caudales, presión de operación y tren de tratamiento actual para recibir una propuesta técnica y comercial a la medida para tu proyecto en México.
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La zeolita se puede integrar en diferentes etapas y tipos de instalaciones, desde pequeñas plantas locales hasta sistemas industriales o municipales de gran capacidad. Algunos casos de uso frecuentes incluyen:
Uso en filtros de lecho profundo y multimedios posteriores a coagulación y floculación, para lograr baja turbidez y mejorar la desinfección final con cloro o UV.
Integración antes de ósmosis inversa, nanofiltración o ultrafiltración para reducir sólidos finos, bajar SDI y extender la vida útil de las membranas en agua potable o de proceso.
Aplicación como etapa de pulido en efluentes secundarios o terciarios, para mejorar turbidez y color antes de la descarga o reutilización del agua tratada.
Uso en sistemas de agua de proceso, torres de enfriamiento y calderas, donde se requiere una baja carga de sólidos para evitar incrustaciones, corrosión y fallas operativas.
Para aprovechar al máximo la zeolita en la remoción de turbidez es fundamental un diseño hidráulico y de operación adecuado, en función de la calidad de agua y los objetivos de tratamiento.
Un diseño y operación bien controlados convierten a la zeolita en un medio filtrante estratégico para lograr agua con baja turbidez y alta confiabilidad en tu proceso.
En muchos diseños sí es posible sustituir la arena sílica por zeolita, obteniendo una mejor remoción de turbidez y mayor capacidad de retención. Sin embargo, cada caso debe evaluarse mediante diseño técnico y pruebas de campo para definir el esquema más conveniente (total o parcial).
La zeolita suele requerir patrones de retrolavado similares a otros medios granulares, pero es importante ajustar velocidades y tiempos con base en su densidad y granulometría. Un retrolavado bien diseñado asegura la limpieza del lecho y evita la pérdida de material.
Con un tren de tratamiento bien diseñado (coagulación/floculación + filtración con zeolita) es posible alcanzar turbideces muy bajas, suficientes para cumplir normas de agua potable y proteger membranas, aunque los resultados específicos dependen de la calidad del agua cruda y las condiciones de operación.
Sí, en muchos casos la zeolita contribuye a reducir color aparente, especialmente cuando el color está asociado a partículas finas y compuestos coloidales. Para color disuelto más complejo, puede ser necesario combinarla con carbón activado u otros procesos.
El primer paso es realizar una caracterización detallada del agua (turbidez, SDI, sólidos suspendidos, color, metales). A partir de ello, se recomienda diseñar pruebas piloto o en campo con diferentes configuraciones de zeolita para definir granulometría, altura de lecho y parámetros de operación que aseguren el desempeño requerido.