La zeolita natural es un medio filtrante y de intercambio iónico de alta eficiencia para el tratamiento de lixiviados provenientes de rellenos sanitarios, residuos industriales y mineros. Su estructura microporosa permite captar metales pesados, amonio, compuestos nitrogenados y contaminantes orgánicos, reduciendo la carga tóxica del agua.
Integrar zeolita en el tren de tratamiento de lixiviados contribuye a cumplir límites normativos, disminuir la toxicidad del efluente y ofrecer una alternativa más sostenible y costo-efectiva frente a otros medios filtrantes o tecnologías de pulido.
La zeolita se integra como parte de un esquema de tratamiento avanzado, reforzando la seguridad ambiental del sitio.
La zeolita es un aluminosilicato cristalino con alta superficie específica y porosidad. En el tratamiento de lixiviados se utiliza principalmente en filtros de lecho fijo o columnas de intercambio iónico, aprovechando dos mecanismos clave:
Este doble efecto permite reducir significativamente la concentración de contaminantes críticos, mejorando la calidad del agua antes de descargarla, recircularla o enviarla a un tratamiento adicional.
Dependiendo de la carga contaminante, la zeolita se puede combinar con coagulación-floculación, carbón activado, membranas o tratamientos biológicos para lograr estándares más estrictos.
Al incorporar zeolita en tu esquema de tratamiento, no solo mejoras la calidad del efluente, sino que también optimizas la operación global de la planta y reduces riesgos ambientales.
El equipo de ISGO ZEOLITA NATURAL te ayuda a diseñar sistemas con zeolita para lixiviados de rellenos sanitarios, residuos industriales y lixiviados mineros, enfocados en remoción de metales pesados, amonio y compuestos tóxicos.
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La zeolita se adapta a diferentes configuraciones de tratamiento según el tipo de residuo, la carga contaminante y las metas de calidad del agua. Algunos usos frecuentes incluyen:
Integración de filtros con zeolita en plantas de tratamiento de lixiviados para reducir metales pesados, amonio y color antes de descarga o tratamiento avanzado.
Uso en corrientes concentradas con metales y compuestos tóxicos, previo a procesos de precipitación, membranas o carbón activado.
Aplicación en el acondicionamiento de soluciones contaminadas para reducir cargas metálicas en esquemas de remediación y control de drenaje ácido de mina.
Etapa de polishing para lograr una calidad de descarga más estricta o permitir la recirculación de agua en procesos internos.
El desempeño de la zeolita depende directamente de un diseño adecuado del sistema de tratamiento. Es importante definir parámetros en función de la carga contaminante, caudal y objetivos de remoción.
Integrar la zeolita dentro de un esquema de tratamiento integral permite maximizar su aporte ambiental y asegurar el cumplimiento de metas de calidad de agua.
Generalmente no. Los lixiviados de rellenos sanitarios e industrias suelen presentar altas concentraciones de DQO, metales, sales y compuestos recalcitrantes. La zeolita se utiliza como parte de un tren de tratamiento que puede incluir coagulación-floculación, oxidación, procesos biológicos, carbón activado o membranas.
La vida útil depende de la carga contaminante y del esquema de operación. En condiciones controladas, puede operar durante meses antes de requerir regeneración o reemplazo parcial. Es fundamental monitorear la saturación del medio mediante análisis de salida y pruebas piloto previas.
En algunos casos es posible aplicar regeneraciones químicas para recuperar capacidad de intercambio iónico. Sin embargo, en lixiviados con mezclas complejas de contaminantes, se debe evaluar la viabilidad técnica, económica y ambiental de la regeneración frente al reemplazo controlado.
La zeolita combina filtración, adsorción e intercambio iónico en un mismo material, permitiendo una remoción más selectiva de metales y amonio en comparación con arenas convencionales. Además, su origen mineral y su estabilidad la hacen una opción robusta y sostenible para aplicaciones ambientales.
El primer paso es realizar una caracterización detallada del lixiviado. Posteriormente se recomienda desarrollar pruebas de laboratorio o piloto para definir el tipo de zeolita, dosificación, tiempos de contacto y configuración del sistema. Con estos datos se puede hacer un dimensionamiento confiable y estimar costos de inversión y operación.