El uso de generadores diésel en México está sujeto a reglas cada vez más estrictas relacionadas con ruido y emisiones contaminantes, especialmente en obra civil, industria y entornos urbanos. Cumplir con estas normativas no solo evita sanciones: también protege la imagen de tu empresa y mejora la relación con vecinos, autoridades y clientes.
En esta guía revisaremos los conceptos clave de ruido ambiental, las exigencias sobre emisiones de motores diésel y las buenas prácticas para operar generadores en zonas residenciales, comerciales e industriales con el menor impacto posible.
El ruido generado por un grupo electrógeno proviene principalmente del motor diésel, el sistema de escape, el ventilador de enfriamiento y las vibraciones. Se mide en dB(A), una escala que se aproxima a cómo percibe el oído humano los sonidos.
En la práctica, un generador abierto puede superar fácilmente los 85–90 dB(A) a pocos metros, lo que resulta molesto en entornos urbanos y puede requerir soluciones como cabinas acústicas, barreras de sonido o reubicación del equipo.
Entender el nivel de ruido que produce tu generador y cómo se propaga en el sitio es el primer paso para adaptarse a reglamentos municipales, lineamientos de obra y restricciones de horario en zonas habitadas.
Estos valores son referencias aproximadas y pueden variar entre modelos y condiciones de instalación, pero ayudan a dimensionar el impacto acústico de un generador dentro de la ciudad.
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Los generadores diésel emiten gases y partículas derivados de la combustión: óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), material particulado (PM), hidrocarburos no quemados, entre otros. En zonas urbanas, estos contaminantes se suman al tráfico y a otras fuentes industriales, por lo que son objeto de regulación y vigilancia.
En México, los requisitos aplicables a generadores pueden derivar de normas ambientales, reglamentos municipales, licencias de construcción y políticas internas de cada contratista o desarrollador. Aunque los detalles varían según la ciudad y el tipo de proyecto, el patrón es similar: limitar el ruido y controlar las emisiones para proteger a la población y al medio ambiente.
Contar con un checklist de ruido y emisiones ayuda a estandarizar la operación de generadores en obra o planta, y demuestra ante clientes y autoridades que tu empresa tiene control sobre estos impactos.
Al integrar este checklist en tus procedimientos internos, conviertes el tema ambiental en una ventaja competitiva frente a empresas que solo reaccionan cuando ya tienen un problema con vecinos o autoridades.