• No invertir en marketing: Muchas tiendas en línea fracasan porque no invierten lo suficiente en estrategias de marketing digital. El tráfico no llega solo: se necesitan esfuerzos activos para atraer clientes, como SEO, campañas pagadas (Google Ads, Facebook Ads), marketing de contenidos, redes sociales y email marketing.
• Mala segmentación de audiencia: Incluso si se invierte en publicidad, una mala segmentación puede hacer que los anuncios lleguen al público equivocado, desperdiciando el presupuesto y no generando ventas.
• Bajos esfuerzos de fidelización: Muchas tiendas en línea se concentran únicamente en la adquisición de nuevos clientes y descuidan a los clientes existentes. Los programas de fidelización, descuentos exclusivos o el seguimiento de clientes son estrategias que pueden incrementar las ventas recurrentes, pero a menudo se pasan por alto.